Tenemos aquí una cinta tan diferente, con tantas aristas y tan desafiante, que es difícil enmarcarla en un género concreto: ¿Drama, comedia, crítica social…?
Lo que cuenta. Ben, Leslie y sus seis hijos llevan diez años viviendo en el bosque, por propia decisión: no quieren la educación que da la sociedad occidental. Han formado a seis librepensadores que lo mismo te leen “Los hermanos Karamazov” que celebran el cumpleaños de Noam Chomsky, tocan un tema rock entre todos o cazan un ciervo cubiertos de barro. Pero las circunstancias hacen que deban volver a la civilización, que los más pequeños todavía no conocen, y el choque, que al principio resulta divertido, hace poco a poco que los cimientos de los hijos, del padre y del espectador tiemblen.
Los valores de esta película: la libertad, la familia, el amor, la ecología y la vida natural, la crítica al neoliberalismo, la crisis de las ideologías, la crítica a la religión servil, la relación paternofilial, las distintas etapas de la niñez y la adolescencia.
Una muy buena película con una recomendación final: se ha de ver con la mente abierta, procurando no escandalizarse con algunas escenas “de brocha gorda” y con algunos momentos de tendencia algo maniquea.