Hay gente que piensa que los Carnavales de Cádiz son solo cashondeo, despiporre y reírse de todo y de todos. Pobretica gente.
Pues no. Y, para mostrarlo, aquí tienes este pasodoble. El mejor pasodoble, en mi modesta opinión, de este año. Un aldabonazo en la cara de una sociedad hipócrita que construye muros en lugar de puentes. Y de parte de una Comparsa en la que cantan un grupo de jóvenes entre los 17 y los 24 años. Para que luego vayamos diciendo que la juventud de hoy está muy mal...
La letra.
Con solo diez años
ya sueña Malena
que cuando sea grande
va a ser profesora de una gran escuela.
Abel cada noche
mira las estrellas
y sueña despierto
que podrá algún día bailar sobre ellas.
Yaira tiene un sueño,
que es seguir soñando,
pues, con tres añitos, ¿pa qué quiere más?
Zaida y Adán
no pararán
hasta encontrar una vacuna
con la que se puedan salvar
miles de vidas con ella:
Zaira y Adán
no pararán,
pues tienen claro
que no piensan irse de este mundo
sin antes dejar huella.
Y, de mayor, Zamara
quiere ser arquitecta,
pa llenar nuestro planeta
de casas que tengan
las puertas abiertas.
Josué lo tiene claro:
quiere ser pastelero,
pa endulzarle la vida
a los niños que nunca
han probao un caramelo.
La joven Zulema
quiere ser astronauta,
y volar a la estrella
donde duerme su abuela.
Y el pequeño Israel
sabe que tiene un don
que no tiene cualquiera:
sueña con ser payaso,
para que este mundo vuelva a sonreír.
Qué injusta es la vida:
porque, mientras nosotros
sostenemos la valla de Ceuta y Melilla,
los sueños de estos niños
mueren en el mar o van a la deriva,
y no se cumplirán hasta que su patera
llegue a nuestra orilla.